No es de extrañar que entre tanta podredumbre
política pase desapercibido en las altas esferas los estados físicos
(sin mencionar económicos y sociales) de los barrios de Jaén. El nuestro,
ya que este espacio conforma un brazo combativo más en el barrio, está
dejado de toda mano, y ni tan siquiera el declive del turismo, con lo
primordial que resulta este para los gobiernos locales, ha conseguido
enderezarlo. Martínez Molina estuvo abierta en canal por distintas obras
para mejorar los pavimentos, claro que esta calle es el eje principal
del casco antiguo, es la tela que cubre de apariencia el problema. Las
casas se caen abandonadas y deterioradas por el tiempo, muchas están
tapiadas y dejadas al olvido, el suelo está desgastado y levantado por
más boquetes de los que tiene un campo de golf. Pero todo esto no
importa, aunque sea casco antiguo, aunque hayan perdido por descuido la
red de judería, aunque la misma judería esté siendo sepultada entre
escombros y maleza, aunque las antiguas carnicerías tras un derroche de
rehabilitación conformen ya otro punto del olvido de este barrio.
Porque aquí todo da igual a la política de Fernández de Moya, el cual si se toma mucha molestia por el estado de la Catedral como patrimonio de la humanidad, una molestia de pegatina, como toda su política, de apariencia y búsqueda de honores y poder. No nos permiten pegar carteles porque eso ensucia el entorno, dicen, sin embargo la miseria de este barrio no molesta en absoluto, y si se cayera abajo aplaudirían. El patrimonio son los barrios, su gente, sus callejones, sus casas, sus plazas, su ambiente, y por todo eso nadie mueve un dedo. El gobierno local planifica la construcción de miles de viviendas de nueva planta, mientras deja morir las que ya hay en la periferia de Martínez Molina (la Magdalena, San Andrés, San Juan, Santo Domingo, San Bartolomé...). Somos conscientes del poder del barrio, de su gente, de que es un barrio humilde y de trabajadoras y trabajadores. Y somos conscientes de la historia que tiene también.
Es por eso que desde el CSA Jaén en Pie vamos a empezar a denunciar el estado físico de nuestras calles, para que se les caiga la cara de vergüenza (si es que tienen) a esos políticos parlanchines que sólo tienen tiempo para sus artimañas fascistas. La política de ultra derecha como la de este alcalde no tapa las realidades latentes de cada comunidad y vecindad, de cada persona del barrio. Nosotrxs sabemos que hay, y no nos vamos a callar.
El CSA Jaén en Pie apuesta y luchará por un barrio unido, por un barrio combativo ante la situación en la que se encuentra.
Porque aquí todo da igual a la política de Fernández de Moya, el cual si se toma mucha molestia por el estado de la Catedral como patrimonio de la humanidad, una molestia de pegatina, como toda su política, de apariencia y búsqueda de honores y poder. No nos permiten pegar carteles porque eso ensucia el entorno, dicen, sin embargo la miseria de este barrio no molesta en absoluto, y si se cayera abajo aplaudirían. El patrimonio son los barrios, su gente, sus callejones, sus casas, sus plazas, su ambiente, y por todo eso nadie mueve un dedo. El gobierno local planifica la construcción de miles de viviendas de nueva planta, mientras deja morir las que ya hay en la periferia de Martínez Molina (la Magdalena, San Andrés, San Juan, Santo Domingo, San Bartolomé...). Somos conscientes del poder del barrio, de su gente, de que es un barrio humilde y de trabajadoras y trabajadores. Y somos conscientes de la historia que tiene también.
Es por eso que desde el CSA Jaén en Pie vamos a empezar a denunciar el estado físico de nuestras calles, para que se les caiga la cara de vergüenza (si es que tienen) a esos políticos parlanchines que sólo tienen tiempo para sus artimañas fascistas. La política de ultra derecha como la de este alcalde no tapa las realidades latentes de cada comunidad y vecindad, de cada persona del barrio. Nosotrxs sabemos que hay, y no nos vamos a callar.
El CSA Jaén en Pie apuesta y luchará por un barrio unido, por un barrio combativo ante la situación en la que se encuentra.
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