Ayer se celebró en Jaén una charla sobre la represión al movimiento
sindical en Colombia. Luis Plaza fue el encargado de impartirla. Plaza
vive exiliado en Asturias desde hace varios años. El activista
colombiano, como otros sindicalistas, indígenas o militantes de los
movimientos sociales de ese país, tuvo que huir del país latinoamericano
tras sufrir varias intentos de asesinato propiciados por las organizaciones armadas de extrema derecha.
Plaza esbozó un panorama de las luchas sociales acaecidas en Colombia durante el último siglo. Su introducción ayudó a contextualizar la situación de represión indiscriminada contra los movimientos sociales que están haciendo frente a la política dictatorial encubierta de las oligarquías colombianas. Una represión que, solo por poner un ejemplo, ha acabado con la vida de 3000 militantes de la Centra Unitaria de Trabajadores, sindicato de clase al que pertenece el invitado.
El acto, que se cerró con un interesante debate sobre las posibilidades de un cambio en Colombia, fue organizado por el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) y se celebró en el Centro Social Autogestionado "Jaén en pie", un espacio abierto a la participación ciudadana donde se realizan diversas actividades organizadas por una pluralidad de colectivos políticos, sociales y culturales de la ciudad.
Plaza esbozó un panorama de las luchas sociales acaecidas en Colombia durante el último siglo. Su introducción ayudó a contextualizar la situación de represión indiscriminada contra los movimientos sociales que están haciendo frente a la política dictatorial encubierta de las oligarquías colombianas. Una represión que, solo por poner un ejemplo, ha acabado con la vida de 3000 militantes de la Centra Unitaria de Trabajadores, sindicato de clase al que pertenece el invitado.
El acto, que se cerró con un interesante debate sobre las posibilidades de un cambio en Colombia, fue organizado por el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) y se celebró en el Centro Social Autogestionado "Jaén en pie", un espacio abierto a la participación ciudadana donde se realizan diversas actividades organizadas por una pluralidad de colectivos políticos, sociales y culturales de la ciudad.
Como no podía ser de otra manera, la prensa local no se dignó a aparecer por este acto en defensa de los derechos humanos más básicos. Una vez más, quedó demostrado que hay otra realidad por debajo de la que reflejan los medios pertenecientes a grandes grupos empresariales. Afortunadamente, son muchas las iniciativas, los gestos y las personas empeñadas en cambiar la realidad social de nuestra ciudad desde la base. La charla de ayer da una muestra de lo anterior.