Ha
pasado más de un año desde que la CNT
ganara el juicio contra la llamada “Sociedad General de Autores y Escritores”, popularmente conocida como SGAE. Dicha sociedad demandaba a la CNT por haberles
llamado “ladrones” en un comunicado del Sindicato de Artes Gráficas de Madrid
de la CNT. Sorprendentemente, la justicia burguesa nos dio la razón y desestimó
la demanda por prevalecer el derecho a la “libertad de expresión” sobre el
“derecho moral” de esta sociedad. Dando un salto hasta al presente, podemos
comprobar que nuestras acusaciones eran totalmente ciertas: la SGAE, y su
cúpula directiva, están siendo condenadas por robar a los
ciudadanos y ser
unos corruptos de cuidado.
Y
es que parece que no aprenden de sus errores y múltiples escándalos; ellos
persisten con su actividad criminal, tanto a nivel nacional, como a nivel
local. En Jaén, por ejemplo, y según informa el Diario JAÉN, existen
actualmente varios casos de litigios de la SGAE contra decenas de locales por
no pagar las tasas impositivas que esta sociedad se empeña en extender. Este es
el caso de un salón de bodas de un municipio cercano a la capital, demandado
por poner música para amenizar los bailes de la celebración. La SGAE le exige
pagar por todas las fiestas celebradas con carácter retroactivo desde el año
2009. Sin embargo, quizás el caso más flagrante, por su carencia alguna de
sentido, es el de un tabernero de la ciudad al que la SGAE ha denunciado por no
pagar el canon derivado de la música y la televisión que ven sus clientes en el
bar. En la contestación a la demanda, el letrado defensor asegura que el hostelero
denunciado no utiliza canciones protegidas, sino obras “copyleft” (libres de
derechos), es decir, quieren sacar tajada hasta de las canciones y autores que
quieren crear al margen de los trapicheos de esta asociación mafiosa.
Nosotros
y nosotras, como anarcosindicalistas y como trabajadores, no podemos ignorar
que todo artista debe tener derecho a un trabajo digno y enriquecedor;
entendemos que los creadores y las creadoras deben vivir de lo que hacen, pero
las fórmulas por las que han de tener garantizada su remuneración, deben, sin
duda, alejarse de las corruptelas de la SGAE y de todas las mafias, de carácter
público o privado, que dominan la denominada “industria cultural”.
Los
hombres y mujeres de la CNT defendemos una cultura libre, autogestionaria, libre
de tasas e impuestos injustos, libre de imposiciones, libre de fronteras y,
sobre todo, accesible a todo el mundo.
¡No
a las mafias culturales! ¡No a la SGAE!